Blogia
NUESTRO ESPACIO... Un blog de viajeros

REDONNA EN TURQUÍA...

REDONNA EN TURQUÍA...

Estambul es una ciudad realmente increíble, una megalópolis… Al llegar allí piensas “¡Dioses del Olimpo, pero si estoy en la mismísima Constantinopla!” y te sientes un ser minúsculo, en el tiempo, en el mundo, en la historia…

Atravesada como por una daga de mar por el Bósforo, la vista se pierde entre los alminares (yo no paraba de recitar mentalmente la “Divagación”, de Rubén Darío: Duerme. Yo encenderé los incensarios / Y junto a mi unicornio cuerno de oro, /tendrán rosas y miel tus dromedarios…) El paseo en barco, algo indescriptible.

Santa Sofía, la mezquita Azul, la mezquita Nueva, la mezquita de Sulyman (¿alguna vez os dicho que, a veces, me entra un extraño sentimiento de devoción en las mezquitas mayor que el que siento en una iglesia? Me encanta el concepto teológico islámico que acepta a todos los dioses de todas las religiones como válidos…)

Los barrios por la tarde y por la noche… Ortakoy, Besiktas… cenas a la luz del puerto (os diré, poniéndome mucho más profana, que la comida no me ha gustado mucho: kumpir, kebabs… me sabía todo igual… lo dulce, todo sabía a canela…además de que en algunos puestos, no servían cerveza y eso, eso sí es pecado!)

Estábamos alojados en la parte moderna (yo la recomendaría, me pareció más segura y limpia, no sé, ya sabéis que para mí el hotel es fundamental y la parte antigua es hermosa pero de visita…) así que íbamos al centro en taxi (baratísimos) y allí paseábamos y visitábamos… La cisterna, algo espectacular… En el palacio de Topkapi, de pronto, me convertí en Sherezade…

Tres días después iniciamos el circuito, hacia Pamukkale y sus bellísimas cascadas de algodón. Ahí mismo están también las ruinas de Hierápolis… una sorprendente letrina romana, calzada, teatro, ágora griega, allí, para nosotros solitos, como un espejismo en mitad de la nada…

Al día siguiente, Bodrum. Aquí tengo que volver una semana entera… salen ferris a las islas griegas, tan cerca que parece que puedes tocarlas con la mano. Ver el color azul del Egeo fue como ver por primera vez el mar…

Éfeso es increíble. De pronto, nuevamente, te sientes un ser minúsculo en la historia, sientes que en nuestra época, sólo hemos sido capaces de inventar Internet… Ellos ya habían terminado el mundo hace milenios… Síndrome de Stendhal absoluto al salir de la Biblioteca de Celso, el sol reflejado en la piedra, el teatro, acústica perfecta...

Pérgamo, su acrópolis, también en mitad de la nada, la maravilla, el monte Ida… Cuando por la noche cerré los ojos, sólo veía capiteles, frisos, Atenea y Hermes danzando…

Por último, Troya. Mirabas al mar y comprendías la pasión de Paris y Helena, ni manzana de la discordia, ni dioses enfurecidos…yo creo que fue esa brisa que te vuelve loco de amor…

 

FOTO: Biblioteca de Celso (Éfeso)

 

 

 

3 comentarios

Hafsa -

Redonna, guapísima, qué emoción. Entiendo que te hechizara Turquía (aunque estoy de acuerdo contigo en que los turcos son de lo más arisco), qué ganas de volver...
Besos

Redonna -

En la mayoría de los sitios sí sirven cervezas pero en algunos no. Es un país un poco contradictorio...a veces parece que quieren ser europeos y otras veces, son completamente islámicos.

Marta -

Redonna... qué maravilla, haces que cada lugar que nos describes parezca el paraíso. Ayyy, si muchos guías turísticos aprendieran de ti...
Parece un viaje maravilloso.
Muchas gracias por tu relato.
Por cierto, ¿qué no sirven cerveza? Aynsss.
Besicos